El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, un insecto fácilmente reconocible por su color negro con franjas blancas en sus patas y abdomen. Este mosquito necesita agua estancada para reproducirse, eligiendo recipientes u objetos que acumulen agua como sus criaderos.
Los huevos del Aedes aegypti son extremadamente resistentes y pueden sobrevivir en condiciones de sequía por más de un año. Al entrar en contacto con el agua, eclosionan y comienzan un nuevo ciclo de vida.
Cuando un mosquito se alimenta de la sangre de una persona enferma de dengue, adquiere el virus y puede transmitirlo al picar a otra persona. Además del dengue, este mosquito puede propagar otras enfermedades como Zika y chikungunya.
La forma más efectiva de cortar el ciclo de transmisión del dengue es eliminar los criaderos de mosquitos y protegerse de sus picaduras.
¡Importante! Las mujeres embarazadas deben extremar las medidas de cuidado.
El primer paso es consultar con el servicio de salud para que puedan evaluarlo y, en caso de confirmar el diagnóstico, brindarle las indicaciones a seguir.
¡Es muy importante no automedicarse! Nunca consumir medicamentos como aspirina o ibuprofeno para tratar los síntomas de dengue.
El tratamiento del dengue consiste en reposo e hidratación constante. No olvidar que la hidratación adecuada ayuda a evitar las formas graves de la enfermedad.
Al mismo tiempo, se debe asistir a los controles médicos y prestar atención a cualquier síntoma de alarma que requiera consultar en forma urgente.
Las personas con diagnóstico de dengue deben extremar las precauciones para evitar las picaduras de mosquito. De esta manera se evita contagiar a otras personas y prevenir nuevas infecciones.