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LA ACTIVIDAD FÍSICA ES SALUD

La actividad física regular es uno de los pilares fundamentales para mantener una vida saludable. Contribuye a mejorar la calidad de vida, prevenir enfermedades y fortalecer tanto el cuerpo como la mente. Incorporar movimiento en las rutinas diarias genera beneficios inmediatos y a largo plazo, promoviendo un bienestar integral.


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LOS BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de Argentina destacan los múltiples beneficios asociados a la práctica regular de actividad física:

  • Prevención de enfermedades crónicas: reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión, obesidad y algunos tipos de cáncer.
  • Mejora del estado de ánimo: estimula la liberación de endorfinas, lo que disminuye el estrés, la ansiedad y la depresión.
  • Fortalecimiento del sistema inmunológico: mejora la capacidad del organismo para combatir infecciones y enfermedades.
  • Promoción de la salud ósea y muscular: disminuye el riesgo de osteoporosis y sarcopenia, mejorando la fuerza y el equilibrio.
  • Aumento de la calidad del sueño: favorece un descanso reparador.


LA SARCOPENIA Y EL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE

La sarcopenia es la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular asociada con el envejecimiento. Esta condición puede limitar la movilidad y aumentar el riesgo de caídas y fracturas en personas mayores. Sin embargo, la práctica de actividad física desde la juventud contribuye significativamente a prevenir la sarcopenia y a mantener una calidad de vida óptima en la edad adulta.

Los ejercicios de resistencia y fuerza realizados de manera regular desde etapas tempranas de la vida permiten construir una reserva muscular sólida, lo que facilita un envejecimiento más saludable. Además, el mantenimiento de la actividad física a lo largo de los años fortalece huesos, articulaciones y el sistema cardiovascular, favoreciendo la autonomía en la vejez.


¿CUÁNTA ACTIVIDAD FÍSICA SE NECESITA?

De acuerdo con las recomendaciones de organismos internacionales:
  • Adultos (18-64 años): se recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad intensa, combinados con ejercicios de fortalecimiento muscular dos veces por semana.
  • Niños y adolescentes (5-17 años): es aconsejable un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada a vigorosa.
  • Personas mayores: además de las recomendaciones para adultos, se sugiere incluir actividades que mejoren el equilibrio para prevenir caídas.

Cualquier movimiento es mejor que la inactividad. Incluso pequeñas dosis de actividad diaria pueden ofrecer beneficios significativos, especialmente cuando no es posible cumplir con las recomendaciones completas.


FORMAS DE INTEGRAR LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LA VIDA DIARIA
  • Incorporar horarios específicos para realizar actividad física, como caminar al trabajo o realizar ejercicios en casa.
  • Elegir actividades placenteras, como bailar, andar en bicicleta, practicar deportes o caminar al aire libre.
  • Aprovechar oportunidades cotidianas, como utilizar las escaleras en lugar del ascensor o caminar mientras se realizan llamadas telefónicas.
  • Establecer metas realistas e incrementar gradualmente la intensidad y duración de los ejercicios.


CONSULTAR AL MÉDICO DE INMEDIATO

Si a la fiebre se suma alguno de los siguientes son síntomas, será momento de consultar sin demoras con el servicio de salud más cercano:
  • Dolor abdominal intenso.
  • Sangrado de nariz o encías.
  • Menstruación más abundante que lo habitual.
  • Vómitos persistentes.
  • Dificultad para respirar.


ELIMINAR EL SEDENTARISMO

El sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo para la salud. Permanecer largos periodos sentado frente a una pantalla o sin actividad física incrementa el riesgo de enfermedades crónicas y reduce la esperanza de vida. Es recomendable levantarse y moverse cada 30-60 minutos, incluso en contextos de trabajo desde casa o en oficinas.


IMPORTANCIA DE UNA EVALUACIÓN MÉDICA

Antes de iniciar un plan de actividad física, especialmente en caso de contar con una condición médica preexistente o después de un periodo prolongado de inactividad, es esencial consultar a un profesional de la salud para recibir una orientación adecuada.


BENEFICIOS A LARGO PLAZO

Incorporar la actividad física en la vida diaria representa una inversión en la salud presente y futura. Los efectos positivos del movimiento impactan de manera significativa en el bienestar físico, mental y emocional en todas las etapas de la vida.